racion de
Santa Brígida
Esta oración brindada por Jesús a Santa Brígida incluye Su promesa de librarnos
del purgatorio.

A ser rezada durante 12 años
Santa Brigida de Suecia recibió abundantes
revelaciones del Señor sobre el purgatorio, y en particular fue bendecida con
una promesa de liberación del purgatorio para quien cumpla con una oración
diaria durante 12 años de forma ininterrumpida. El esfuerzo y el compromiso es
grande, pero según lo revelara Jesús a la santa, quien tenga la perseverancia y
rece en forma diaria estas siete oraciones con devoción, se acercará a la
purificación que sufrieron los mártires, y al merecimiento de su corona. Las
palabras deben ser rezadas meditando su significado, hablando al Señor en forma
sincera mientras se reza.También la familia del alma devota recibirá abundantes
Gracias del Señor.
Esta devoción ha sido declarada buena y recomendada
tanto por el por el Sacro Collegio de Propaganda Fidei, como por el Papa
Clemente XII.- El Papa Inocencio X confirmó esta revelación como “venida del
Señor”.
Oración de Santa Brígida
Oh Jesús, ahora deseo rezar la oración del Señor siete veces junto con el amor
con que Tú santificaste esta oración en Tu Corazón. Tómala de mis labios hasta
Tu Sagrado Corazón. Mejórala y complétala para que le brinde tanto honor y
felicidad a la Trinidad en la tierra como Tú lo garantizaste con esta oración.
Que esta se derrame sobre Tu santa humanidad para la glorificación de Tus
dolorosas heridas y la preciosísima Sangre que Tú derramaste de ellas. Amén
1. LA CIRCUNSICIÓN
Padre Nuestro,
Avemaría,
Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón
de Jesús, te ofrezco las primeras heridas, los primeros dolores y el primer
derrame de Sangre como expiación de los pecados de mi infancia y de toda la
humanidad, como protección contra el primer pecado mortal, especialmente entre
mis parientes.
2. LA AGONÍA DE JESÚS EN EL HUERTO
DE LOS OLIVOS
Padre Nuestro,
Avemaría,
Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón
de Jesús, te ofrezco el intenso sufrimiento del Corazón de Jesús en el Huerto de
los Olivos y cada gota de sudor de Sangre como expiación de mis pecados del
corazón y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y para
que se extienda el Amor Divino y Fraterno.
3. LA FLAGELACIÓN
Padre Nuestro,
Avemaría,
Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón
de Jesús, te ofrezco las heridas, los dolores y la preciosísima Sangre de la
flagelación como expiación de mis pecados de la carne y los de toda la humanidad,
como protección contra tales pecados y la preservación de la inocencia,
especialmente entre mis parientes.
4. LA CORONACIÓN DE ESPINAS
Padre Nuestro,
Avemaría,
Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón
de Jesús, te ofrezco las heridas, los dolores y la preciosísima Sangre de la
sagrada Cabeza de Jesús luego de la coronación de espinas, como expiación de mis
pecados del espíritu y los de toda la humanidad, como protección contra tales
pecados y para que se extienda el Reino de Cristo aquí en la tierra.
5. CARGANDO LA CRUZ
Padre Nuestro,
Avemaría,
Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón
de Jesús, te ofrezco los sufrimientos en el camino a la Cruz, especialmente la
santa herida en Su Hombro y la preciosísima Sangre como expiación de mi negación
de la Cruz y la de toda la humanidad, todas mis protestas contra Tus Planes
Divinos y todos los demás pecados de palabra, como protección contra tales
pecados y para un verdadero amor a la Cruz.
6. LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS
Padre Nuestro,
Avemaría,
Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón
de Jesús, te ofrezco a Tu Hijo en la Cruz, cuando lo clavaron y lo levantaron,
las heridas en Sus Manos y en Sus Pies y los tres hilos de la preciosísima
Sangre que derramó allí por nosotros, las extremas torturas del Cuerpo y del
Alma, Su muerte preciosa y Su renovación no sangrienta en todas las Santas Misas
de la tierra, como expiación de todas las heridas contra los votos y normas
dentro de las Órdenes, como reparación de mis pecados y los de todo el mundo,
por los enfermos y moribundos, por todos los santos sacerdotes y laicos, por las
intenciones del Santo Padre por la restauración de las familias cristianas, para
el fortalecimiento de la Fe, por nuestro país y por la unión de todas las
naciones en Cristo y Su Iglesia, así como también por la diáspora.
7. LA LLAGA DEL COSTADO DE JESÚS
Padre Nuestro,
Avemaría,
Gloria
Padre Eterno, acepta como dignas, por las necesidades de la Santa Iglesia y como
expiación de los pecados de toda la humanidad, la preciosísima Sangre y el Agua
que manó de la herida del Sagrado Corazón de Jesús. Sé Misericordioso para con
nosotros. ¡Sangre de Cristo, el último contenido precioso de Su Sagrado Corazón,
lávame de todas mis culpas de pecado y las de los demás! ¡Agua del costado de
Cristo, lávame totalmente de las penitencias del pecado y extingue las llamas
del Purgatorio para mí y para todas las almas del Purgatorio!
Amén.

Lucy G.

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